Machu Picchu (Perú)
Historia de Machu Picchu
Ubicada en el corazón de los Andes peruanos, la sagrada ciudadela inca construida alrededor de 1450 y descubierta en 1911, esconde aún enigmas y misterios sobre su real propósito continuando ocultos hasta el día de hoy y que despiertan el interés tanto de visitantes como arqueólogos de todo el mundo.
Debido a su estratégica ubicación en la cima de una alta montaña, existen diversas teorías sobre lo que pudo significar para los incas. Unas sostienen que fue construido como un gran mausoleo para el inca Pachacútec, mientras que otras afirman que fue un importante centro administrativo y agrícola cuyas zonas de cultivo sirvieron para el sustento de sus habitantes. Sin embargo, también se considera que fue utilizado como un necesario nexo entre los Andes y la Amazonía peruana o como una residencia de descanso para el gobernador inca.
Lo cierto es que Machu Picchu conforma uno de los más grandes símbolos detrás de lo que fue la impresionante arquitectura e ingeniería del Imperio Inca. Si bien su origen aún es objeto de estudio, el valor y trascendencia que representó en su época, así como su imponente diseño, le han valido para ser considerada una de las siete maravillas del mundo moderno.
Rodeado por una espesa y húmeda niebla, la mañana del 24 de julio de 1911 el explorador Hiram Bingham volvía a poner sobre el mapa una ciudad abandonada y olvidada destinada a convertirse en uno de los yacimientos arqueológicos más famosos del planeta. Se trataba de las ruinas de la ciudadela inca de Machu Picchu. Poco después, en 1913, este fascinante viaje que resultó en este descubrimiento llenaba las páginas de National Geographic con un extenso reportaje sobre la expedición y el hallazgo.
Las moles andinas del pico del Machu Picchu y del Huayna Picchu han contemplado impertérritas el paso de los siglos sobre las construcciones de esta ciudad, enclavada en medio del peruano valle del río Urubamba. La altura en la que los incas decidieron ubicarla, a 2.430 metros, obliga a una previa aclimatación a todo viajero. Muchos la empiezan en la ciudad de Cuzco, el centro del antiguo imperio, desde donde también parte otro de los hitos del viaje a Machu Picchu: el Camino Inca, una senda de 43 km que une Cuzco con la deseada Puerta del Sol, la entrada a la mítica ciudadela.
A pesar de que los españoles impusieron su dominio durante casi tres siglos, nunca llegaron a Machu Picchu. Y a día de hoy sigue siendo un misterio. Todavía hay gran parte de su significado que no ha conseguido desvelarse con exactitud, pero los estudios apuntan a que el rey inca Pachacútec mandó construir hacia 1450 un complejo que incluye edificios de carácter civil y religioso como residencia real. Sorprende la habilidad de los ingenieros para adaptar su arquitectura a la agresiva orografía, en la que predominan las pronunciadas pendientes y la irregularidad del terreno.
LARGA VIDA A LA CIUDADELA REAL
Una parte del conjunto está formada por los bancales agrícolas que proporcionaban alimento a su población, que en algunas ocasiones llegó a alcanzar los 1.000 habitantes, y que salvan la empinada ladera montañosa. El resto lo conformaban los edificios urbanos, entre los que destacan el Templo del Sol, la Residencia Real y la plaza Sagrada. Un complejo sistema de drenaje hidráulico sobre el que se asienta toda la ciudad ha garantizado la pervivencia de Machu Picchu a lo largo de los años.
Cien años después de su construcción, la ciudad de Machu Picchu había sido abandonada. Durante este periodo de tiempo, el Imperio había afrontado luchas internas que terminaron en una guerra civil y la oportuna llegada de los conquistadores a principios del siglo XVI. No sería hasta casi 400 años después que el esplendor pasado sería devuelto a este enclave. Restaurado y liberado del musgo y la vegetación bajo los que lo encontró Bingham, actualmente es principal destino arqueológico de toda América latina.
Lugares de interés en Machu Picchu
Durante el recorrido por el santuario, uno es testigo de los atractivos más fascinantes e increíbles. Cada uno con su propia historia y significado, pero todas dueñas de una gran belleza arquitectónica.
En total, existen alrededor de 196 puntos turísticos dentro de la ciudadela entre complejos arqueológicos, plazas, templos, fuentes de agua, monumentos y residencias; todos entrelazados entre sí y con el entorno natural.
Al recorrer Machu Picchu, se puede observar dos sectores bien marcados y divididos por un muro de aproximadamente 400 metros de largo: uno orientado a fines agrarios y otro más urbanístico. El área agrícola se caracteriza por la presencia de terrazas o andenes que servían para el cultivo de diversos alimentos. Muy cerca a esta zona, se hallan algunas pequeñas viviendas que pudieron ser morada de los agricultores.
Por otro lado, en el casco urbano se localizan la Residencia Real, que era la vivienda más fina, extensa y mejor distribuida del lugar; la Plaza Sagrada, principal recinto ceremonial de la ciudad, la Pirámide Intihuatana, donde está ubicado el gran reloj solar; el Grupo de las Tres Portadas, conjunto de edificios conformado por tres grandes portales y el Grupo del Cóndor, que incluye templos de uso ceremonial.
Flora y fauna
No todo es historia y cultura en este santuario. Machu Picchu alberga una variada y exótica biodiversidad. Esto gracias a su ubicación: entre los andes y la Amazonía peruana, lo que permite que diversas especies puedan desarrollarse. Además, tiene al río Urubamba que lo cruza de este a oeste.
Esta área natural es hogar de especies como el zorro andino, puma, vizcacha, oso de anteojos, venado de cola blanca, entre otros. Además de más de 420 especies de aves, en las que destacan el gallito de las rocas y el cóndor andino. Adicionalmente, en Machu Picchu se encuentran alrededor de 377 especies de mariposas, 15 de anfibios y 25 de reptiles, de los cuales 9 son tipos de lagartijas y 16 serpientes.
Esta maravilla del mundo moderno cuenta con más de 30 mil hectáreas en las que se existen áreas boscosas, montañas escarpadas, picos y nevados. Así como especies de árboles como el aliso, el cedro blanco, la cascarilla, el yanay y el laurel; además de bosques de unca, queñua y t’asta.
Un mundo de orquídeas
Estas flores merecen una mención aparte, ya que en Machu Picchu se han registrado 370 tipos, lo que equivale al 20 % de las especies identificadas en Perú. Las orquídeas se encuentran en las rutas y caminos que atraviesan el santuario; así como en una reserva natural cerca al río Vilcanota. Aquí se encuentra la colección de orquídeas nativas más grande del mundo, de acuerdo al American Orchid Society.
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